Es claro señalar que luego del suicidio, constatado el día de hoy en el emblema máximo del capitalismo reinante en nuestro país, el llamado edificio Costanera Center, nos ha demostrado una vez mas la reactividad en el sentido práctico lejano en el cuidado de la persona que con valentía decidió poner fin a su vida.
Sabemos que también además de aquello, miles de personas seguían como si nada, entrando a comprar, a comer ricas preparaciones, y además con una absoluta falta de empatia innecesaria en ese sentido del cambio que tanto se busca y se ha intentado apoderar del debate público, luego del estallido social del 2019.
Seguimos viviendo nuestra propia burbuja, cuando el resto puede estar pasando por momentos duros, fríos, de dolor, de amargura, y claramente esta situación muestra una vez más la indolencia autoconvocada que está en todas las esferas del desarrollo social de nuestro país.
Porque claro, si no me sucede a mi, a nadie más puede sucederle, otro ejemplo más es cuando se pertenece a un grupo humano y le hacen bullying, todos saben que ocurre pero nadie hace algo para solucionar la situación.
En fin, este país lo hemos construido entre todos, y es obligación de cada persona que tanto anhelamos por un cambio, que actúe y no se quede en la impavidez de decir: "Se murió", sólo para luego compartirlo en las redes sociales correspondientes.
El reflejo del Chile que hemos construido no puede ser algo negativo, es imperativo el lograr cambiar esto, y así podremos avanzar, más allá de la rebeldía.