El pasado día 25 de agosto del presente año, han empezado las campañas políticas en relación a elegir apruebo o rechazo dentro de un contexto situado electoralmente hablando para el Proceso Constituyente, por lo mismo diversas fuerzas políticas se han hecho partícipe del proceso.
La DC, por un lado, Chile Digno por otro, el Frente Amplio y otras fuerzas de izquierda y Convergencia Progresista, formado por el PS, el PPD y el PR, quienes están por el Apruebo el cambio en la Constitución, y también hay que sumarle algunas fuerzas dentro de RN, pero también el lado de la derecha hay fuerzas que están por el Rechazo, donde rostros como Diego Schalper han encabezado la campaña por el sur en un Bus por el Rechazo.
Lo que me genera mucho ruido, viéndo ese tema por la mirada ciudadana es el cómo los partidos políticos se han autoconvocado, como les gusta utilizar esta palabra a estos movimientos sociales, agolpándose de la finalidad del mismo, donde lamentablemente la discusión ciudadana respecto a los aspectos sociales que en nuestro país están en boga, se han llevado más que nada a una discusión política electoral, donde vemos por ambos lados, figuras políticas defendiendo una posición u otra en redes sociales, en matinales y programas de televisión, donde vemos a figuras como Francisco Vidal, que fue uno de los peores Ministros que ha tenido la historia de Chile, autoconvocándose como candidato a la Convención Mixta o Constituyente, por otro lado vemos a la Ex Ministra también, Mariana Aylwin autoconvocándose para ir en contra del Apruebo, es decir va por el rechazo, pero a mi me llama la atención: ¿Dónde están las ciudadanos y ciudadanos de a pie encabezando estos procesos importantes para el devenir de nuestro país?, ¿Será que el acuerdo de la paz, siempre fue político y nunca fue para la gente?, ¿Será una oportunidad para aquellos que alguna vez tomaron acción dentro de los diversos poderes del Estado, del poder representarse y “representarnos” en la Convención Constituyente?
Bajo mi mirada profunda, esta discusión se ha convertido con un cariz político y jamás ha sido social.