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Foto del escritorMoisés Felipe Jorquera Apablaza

La necesaria sensibilidad en la política comunal

Escrito por José Luis Escalona Muñoz, Psicólogo UVM, Mg.(c) Neurociencias UCH. Vecino de la población Bolonia, La Cruz.


Introducción


La comuna de La Cruz está teniendo un reto comunal provocado por el actual contexto nacional, así como también las necesidades propias de su desarrollo. La actual pandemia y lo que ésta significa para una comuna que se encuentra justo en el medio de Calera y Quillota, sumado a la modernización sistemática de la cual esta siendo parte, ya que la comuna se está urbanizado rápidamente, lo que provoca al parecer que se encuentre en plena transformación identitaria. Por otro lado, vemos la creciente cantidad de habitantes que en los últimos 20 años ha aumentado de forma abismal ligado a un proceso de plan regulador que se está llevando a cabo por primera vez en su historia.




¿Identidad o sensibilidad o ambas juntas?


El punto es que esta comuna hace muchos años parecía no cambiar, sin embargo, en los últimos años ha ido cambiando de forma brutal y sin compasión, es más, se presume que la comuna en sí está cambiando más rápido que los mismos vecinos que nos encontramos viviendo acá, y es que, ¿Qué tanto sabe la misma gente que vive en nuestra comuna sobre los cambios de la comuna no sólo a nivel estructural, sino que también ideológico e identitario? , y por otro lado: ¿Qué tanto saben las autoridades de las auténticas necesidades de cada poblador de La Cruz? , ¿Se sabe si en verdad la gente de Bolonia quiere urbanizar su sector?, ¿Se sabe si es que los vecinos en verdad queremos usar la poza cristalina como un crematorio de animales?, ¿Ha habido pronunciamiento hacia quienes hemos enviado cartas y solicitudes por el desastroso estado del río Aconcagua en distintos lugares de la comuna?


Responder estas preguntas es complejo, ya que la única forma de abordar estos cuestionamientos es hacerse más preguntas: ¿Cómo se han usado los medios para intentar responder estas o más preguntas? He ahí el dilema que como vecino de la población Bolonia y miembro de Corazón Crucino, tengo.


Lo anterior también responde a que estamos acostumbrados a que el líder, o la administración de turno debe proponer una idea y quienes votan son aquellos que siguen su idea, sin embargo, ¿Qué pasa cuando esta administración sigue solo su propia idea y la población también quiere proponer? Pasan muchas veces cosas como las que han ocurrido en el actual gobierno de Chile, que por tomar en cuenta sólo su propia idea de administración se ha visto sorprendido con una incompetencia absoluta al momento de abordar una temática tan contingente como la actual pandemia mundial por COVID-19, y es que en todo nivel, incluso en una comuna donde se presume que no hay problemas , sí los hay, sobre todo los que aquejan a sectores históricos de ésta comuna y de los cuáles ésta no se ha hecho cargo como corresponde, ejemplos de ellos son los casos de gestiones medioambientales, la necesaria evolución del sistema de salud comunal, defensa del patrimonio, etc.


Posibilidades de evolución comunal

La comuna requiere una evolución y para ello se comenzó a abordar el proceso de plan regulador, el primero de la historia de la comuna, el cuál se ha realizado a través de una consultora de la que no se ha visto que haya transparentado una metodología clara, donde más que el esfuerzo de algunos concejales, no se ha visto mayor interés en difundir el proceso en el que éste se encuentra. Proceso del cual se ha sabido incluso, de convocatorias, llamados o invitaciones a personas para alguna reunión donde se ha discutido la temática, sin embargo, éstas han tenido una convocatoria poco representativa y, de hecho, la mayoría nos hemos enterado mucho después de que éstas instancias existieron.


Entonces, ¿Qué tanta comunicación se puede decir que ha habido entre la comuna y sus vecinos, quienes nos mantenemos pendientes y preocupados por estos temas? ¿Hay, además, otras instancias que funcionen más allá del papel (como el inexistente COSOC o la poca y nada preocupación que ha habido por las Uniones comunales) para que la comuna pueda intentar captar las necesidades de su población?


El tema es que a la política en general le falta sensibilidad, y la mejor oportunidad de desarrollarla es en las administraciones comunales, las que son más cercanas a los ciudadanos. Quienes hemos estado trabajando en algún laboratorio o hemos sido cercanos a la academia en neurociencias, sabemos de la necesidad de la integración entre los sistemas sensoriales y el cerebro, donde los órganos de los sentidos (ojo, nariz, etc) reciben información y se la envían al cerebro para que éste la organice y nos dé a los seres humanos una visión de mundo, un olfato, un gusto y todo lo que nos permite adaptarnos a él. Sin embargo, es sabido que cuando los órganos de los sentidos son expuestos a una experiencia, el cerebro puede entrenarse y cambiar, haciéndose más perceptivo a algunos estímulos (por ejemplo, si se entrena la visión periférica el lóbulo temporal del cerebro puede agrandarse) y es esto a lo que llamaremos sensibilidad, a la capacidad de captar mejor los estímulos del medio y hacer que esto logre transformar al cerebro.


Conclusiones


De una forma muy similar, una manera de aumentar las capacidades de la municipalidad es también teniendo un contacto mayor con la ciudadanía a quien debe servir, generando mayores redes de comunicación que solamente pueden ser temas de voluntad política. Una gestión municipal sólo puede ser empática si logra ser sensible y para ello se precisan, primero, de correos que realmente sirvan para dar al menos un ‘acuso recibo’ a las quejas de la ciudadanía, después de la búsqueda e inversión en instancias de recolección de datos a nivel comunal y luego quien sabe si estos sistemas deban sofisticarse o no. De esta forma, una política comunal podría volverse más sensible, transformando y empoderando a su administración y mostrando el significado de una verdadera democracia, la cual puede reunir tanto a la municipalidad (el cerebro en esta analogía) como a sus ciudadanos (estímulos) en busca de un mismo objetivo.


En síntesis, esta es una oportunidad para que la comuna de La Cruz crezca hacia una planificación urbana con un toque distintivo a otras comunas: Un toque democrático, ecológico y profundamente ciudadano, donde tanto ésta como las próximas administraciones podrían sembrar una planificación sólida hacia el devenir, de forma humana buscando ese Chile Consciente que tanto anhelamos y que sea perdurable en el tiempo.

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